Implantología
Los implantes, ¿qué son?
Los implantes son fijaciones de titanio que se insertan en los huesos maxilares cuando se han perdido uno o más dientes y que sustituyen a las raíces dentales, sobre los cuales se fija luego una prótesis. La intervención puede realizarse en la clínica bajo anestesia local y el paciente, en la mayoría de casos, puede hacer una vida prácticamente normal desde el primer día, siguiendo las recomendaciones del cirujano.
¿Siempre se pueden colocar?
Para la colocación de implantes es necesario un examen clínico y radiológico previo en el que se evalúan gran número de factores (salud general, estado de la cavidad oral, hábitos tóxicos, higiene bucal, calidad y dimensiones del hueso, parámetros estéticos, etc..) para determinar si el paciente es candidato a la colocación de implantes y cómo y dónde deben colocarse
El abanico de posibilidades y alternativas protésicas que ofrecen los implantes es muy amplio. En pacientes que han perdido todos los dientes, los implantes constituyen una muy buena alternativa a las prótesis completas convencionales. Con pocos implantes (dos en mandíbula y cuatro en el maxilar superior), podemos colocar prótesis que, aunque siguen siendo removibles (de quitar y poner), presentan ventajas sustanciales respecto a las convencionales: mayor fijación y retención, menor índice de lesiones en los tejidos blandos, paladar protésico reducido (mejora la fonética, evita el reflejo nauseoso, permite mayor percepción del sabor de los alimentos).
Si se han perdido todos los dientes y se desea una prótesis fija (y el estudio clínico y radiológico resulta favorable), se procede colocando mayor número de implantes (4/6 en mandíbula, 6/8 en maxilar superior) para confeccionar una prótesis fija de metal-porcelana, atornillada o cementada sobre los implantes, logrando resultados funcionales y estéticos muy satisfactorios.
Si se han perdido uno o varios dientes, con los implantes podemos reponer su pérdida sin la necesidad de tallar y
enfundar los dientes naturales adyacentes (como ocurre con los puentes sobre dientes), por lo que se evitan los riesgos que eso conlleva para dichos dientes (caries, hipersensibilidad dentinaria, problemas periodontales…).
Una vez colocados, los implantes deberán integrarse en el hueso (osteointegración). Este proceso dura aproximadamente 3 meses. Transcurrido este tiempo, se puede proceder a la colocación de la prótesis. Si es necesario, se pueden confeccionar prótesis provisionales durante este tiempo de espera.